LA CORONA DE LA IMPRO
-¡Qué verraquera de improvisación!- he escuchado decir a muchos espectadores (y varios actores), cuando una impro concatena perfectamente todos los elementos del engranado Aristotélico, y puesto que estos han surgido del repentismo, ¡Doble verraquera! ¡Qué talento! La historia parece pues ser la corona de la improvisación, quien la logre armar, saldrá heroico y empoderado de la escena, vinos y quesos esperaran para él y se llevará los atributos de ser un gran improvisador.