Por: Valentina Gutiérrez

Severus Snape uno de los magos más poderosos de Hogwarts y quizá el más incomprendido. (Pum) se escuchó un fuerte ruido, entró al aula y todos se quedaron congelados. Su presencia atemorizaba a sus alumnos, pocos eran capaces de mirarlo a los ojos, aunque todos reconocían su talento, tenerlo cerca los intimidaba, quizá por miedo o por respeto.

Nos encanta escuchar, contar y crear historias, y qué mejor manera de describir nuestra relación con el “temido” match, sino a través de una. Te estarás preguntando ¿qué tiene que ver Snape con el match? Esta es una historia de fantasía, pero, quizá, sea más real de lo que creemos. Si miramos con atención te darás cuenta de la relación que los une.

Podría apostar que mientras leían, más de uno se sintió identificado con los estudiantes de Hogwarts y pensaron: “parce sí, yo me pongo así, cuando me hablan del match” o “´juemadre´, cuando me dicen que vamos a jugar match me da de todo”. Seamos sinceros a todos nos ha pasado que al escuchar la palabra match nos rascamos la cabeza, apretamos las manos, abrimos los ojos y sentimos que se nos viene un muro encima. ¿Pero, realmente el match es algo a lo que le debemos temerle? Salgamos de la duda, de estudiante a estudiante hablemos del tema, desmitifiquémoslo y sanemos esa relación tóxica.

¿Cómo sería el match si fuera una persona?

Una técnica que utilizo cuando quiero dejar de sentirme intimidada por algo, es ponerle rostro. Empecé este artículo hablando de Snape porque cada que pienso en el match se me viene este personaje a la cabeza. Me lo imagino entrando al teatro, con su pelo al hombro, su piel pálida, su tensa figura y su expresión seria. Pero, también, veo al mago inteligente, poderoso, valiente, arriesgado, creativo, ágil, desafiante, exigente, estratega. Puedo seguir hasta sentir que lo conozco, que puedo entablar una conversación con él y ahí deja de intimidarme.

Mientras me imagino que hablo con él, pienso, “será que me saca de la zona de confort o quizá no he descifrado su estrategia de juego”, creo que esa es la clave: analizar los aspectos que nos incomodan para entender cuáles son sus verdaderas intenciones.

Las reglas: cohíben o retan

¿Quién no se ha sentido presionado por saberse todas las reglas y no cometer infracciones? Este es uno de los aspectos que suele aumentar el estrés mientras jugamos el match, tendemos a preocuparnos y pensar más en respetarlas que en la historia misma, en escuchar, en crear, en apoyar. En mi caso, la regla del cliché siempre le costaba puntos a mi equipo y me sentía frustrada, me cuestionaba: “¿qué tiene de malo usar marcas conocidas?”. Para sanar mi relación con esa regla, me puse el reto de no usar más los clichés. Al principio, me costó; con el tiempo, fui inventado marcas, sentí que mi creatividad se ejercitaba y mi caja de herramientas se enriquecía. Ojo, no me estoy refiriendo a que incumplamos el reglamento, más bien es una invitación a que no lo sintamos como una camisa de fuerza, no permitamos que nos bloquee. Sé que son muchas las reglas y son exigentes, pero, también, son retos que nos vuelven mejores improvisadores, convirtiendo una dificultad en material para una buena propuesta.

El tiempo

1 minuto y medio, jm, o los 30 segundos. En tan poco tiempo debemos crear espacios, conflictos y personajes. Nos ha pasado, incluso, que antes de empezar sentimos que no lo lograremos. Fin de la improvisación, suena el pito, volvemos a la realidad y nos damos cuenta de que sí fuimos capaces y nos sentimos orgullosos; claro, no siempre nos sale, pero reconocemos que hicimos un buen trabajo. Entendamos que el tiempo nos lleva al límite para volvernos más ágiles, nos exige una lluvia de ideas instantánea, una escucha total, una atención permanente. En otras palabras, piense menos y haga más.

Los estilos

No hay nada más bacano que los estilos, a mí me encanta el comodín (el de la barbie, nunca falla) o telenovela, pero que pasaría si un día el juez te reta a improvisar a la manera costumbrista de la Orinoquía, ¿te pones en blanco o te arriesgas? Los estilos son la oportunidad de viajar, de crear, soltar la imaginación y de conocer nuestras versiones en esa variedad de mundos.

El dilema de los puntos

El match es un juego de pura estrategia. El juez, las faltas y los puntos no son más que insumos para el espectáculo. Como en todo formato, hay que pensar en el espectador y en este caso se usan los puntos para involucrarlos. Dejemos de pensar que un punto define la calidad de la improvisación, aceptemos que muchas veces quienes van a vernos son familiares que votan movidos por fuerza ajenas a la impro. Permitamos que el match sea el espacio para ejercitar nuestras habilidades como improvisadores, vivamos la competencia como un juego y no como una carrera por ser el mejor.

Moraleja

Para cerrar a la manera de un cuento infantil, les dejo la moraleja: solo fue hasta que Harry Potter conoció las verdaderas intenciones de Snape que entendió lo valioso que era y lo mucho que le había enseñado. Aunque siempre fue muy exigente con él, lo convirtió en el mago más poderoso del mundo mágico. A lo mejor eso es lo que nos falta, conocer qué pretende el match en realidad, así dejará de intimidarnos, para empezar a disfurtarlo.

Snape fue mi versión, ahora te invito a que crees tu propuesta humanizada del match y la compartas en los comentarios. Este es un espacio para que entre estudiantes nos ayudemos a fortalecer nuestras habilidades como improvisadores y conociendo las experiencias del otro nutrimos las propias.

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